¿Sabes qué es lo grandioso que pasa cuando gente “común y corriente”, como tú o como yo, realiza acciones que se supone que no son para gente común y corriente? Lo grandioso es que más personas comunes y corrientes se empoderan, se inspiran y, finalmente, se atreven a dar sus propios pasos.
A veces pensamos equivocadamente que las grandes acciones están reservadas solo para algunos, que escribir, por ejemplo, es solo para escritores o que aparecer en pantalla es solo para “grandes rostros”. Lo que no vemos es que son nuestras acciones las que nos llevan a constituirnos en aquello. En ese sentido, por ejemplo, un/a deportista de alto desempeño no nace como tal; son las acciones que realiza sostenidamente las que le permiten llegar a serlo.
Lo que les comparto ¡no es nada nuevo! Ya lo decía Aristóteles: “somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto sino un hábito”. Sin embargo, muchos de nosotros, en más de alguna ocasión, nos hemos desconectado de nuestro propio poder personal, subestimando con ello el poder de nuestras acciones.
Muchos hemos creído que soñar, tener un propósito e impactar y contribuir al mundo (incluido nuestro propio mundo), está reservado solo para algunos “los/las especiales o iluminados/as” (intelectuales, políticos, artistas, en definitiva, “los VIP”). Lo que no sabemos es que todas las personas estamos llamadas a ser luz. Como dice Mario Alonso Puig: “somos fuego que hay que encender”.
Pero, ¿quién es el responsable de encender ese fuego… nuestro fuego? Con cada paso que voy dando, cada vez me convenzo más de que el/la responsable de aquello es cada uno/a y que cuando logramos encender esa luz, ese fuego, entonces se ilumina un camino: nuestro camino…
Y más aún, porque no solo se ilumina el camino propio. Algunos fragmentos de esa luz y de ese fuego rebotan, se escapan, disipan chispas y encienden otras brasas, y el calor y la luz se cuelan entre algunas grietas y entran en lugares oscuros y fríos, dando luz y entibiando nuevas ideas.
La huella que dejaste opera, entonces, como una guía que inspira a que alguien más se atreva a dar un siguiente paso… Es así que, además, dejamos de caminar solos y se van sumando nuevas luces y nuevos fuegos a nuestro propio camino.
Así, lo que he aprendido este último tiempo es que son pequeños pasos los que nos llevan a conseguir grandes acciones. A la vez que cada paso que damos no solo reafirma nuestro propósito, sino que también inspira a otros a caminar su propio camino. Y es que ya lo decía: nadie nació cantante o escritor/a o físico nuclear. Nadie nació siendo exitoso/a, premio nobel o líder, es la recurrencia de nuestras acciones la que nos lleva hacia allá, así que no te quedes como espectador porque todos, sin excepción ¡podemos llegar a ser rock star!
Anthony Robbins (2014), señala que “la forma más poderosa de configurar nuestras vidas consiste en emprender la acción”[1]. Y es que un largo camino de experiencias comienza siempre con un primer paso, al que se le suma otro, y otro, y otro más. Entonces, “no es el hábito lo que hace al monje”, sino su habitualidad[2].
Hace algunos días estuve en el Simposio Internacional de Coaching Ontológico. Allí, Alejandro Marchesan decía: “mantén los pies firmes en la tierra y los ojos puestos siempre en la posibilidad”. Su frase me llevó a observar mis últimas acciones, mi entorno y a conectarme con ese punto de inflexión en mi vida en que mi mirada se alzó maravillosamente hacia ese lugar lleno de posibilidades y sueños y cómo esto ha marcado mi propia existencia y la de otros.
Es así que con mis pies firmes en la tierra y mis ojos puestos no solo en mis posibilidades, sino también en las tuyas, te pregunto, ¿cuál es la posibilidad que sueñas? Y sobre todo, ¿cuál será tu siguiente gran paso para lograrlo?
Sí quieres despertar al Rock Star que hay en ti, te invito a contactarme. ¡Estaré feliz de acompañarte!
¡Gracias a todos los que se atreven e inspiran! Y también, a los que pronto se atreverán.
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[1] Robbins, A. (2014). Controle su Destino: controlando al gigante que lleva dentro (4ª Ed.). Barcelona: Debolsillo.
[2] Habitualidad: Cualidad de habitual. Que se hace, padece o posee con continuación. (http://dle.rae.es/?id=JveAVgH)